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Manifestando los propósitos
de año de 2025

POR NATALIA SERRANO

16 de enero de 2025

Después de la Navidad, las ochenta celebraciones y veinte fiestas de empresa, siempre llega el momento menos deseado del año. La vuelta a la rutina.

 

Cuatro polvorones y cinco turrones más tarde, como mínimo, empieza esa época de poca fiesta, mucho trabajo acumulado y dietas por lo menos, un poco más saludables. En resumen, que todo es un poco más deprimente y se hace cuesta arriba hasta levantarse de la cama.

 

Pero esa limpieza y claridad mental que llama a nuestra puerta cuando empezamos un año, de querer proponernos los famosos “propósitos de año nuevo”, es la que hace que algo haga click en nuestra cabeza y queramos “partir de cero” en ciertos aspectos.

 

Si lo pensáis, bastaría con ponernos un calendario (y de verdad seguirlo) cuando quisiéramos empezar algo nuevo. Me refiero, no hace falta que sea uno de enero para decidir: este año hago más deporte o voy a ahorrar un poco más. Y si ya es uno de febrero y no lo estoy cumpliendo, casi que mejor lo dejo para el año que viene. Porque sí, nuestra mente muchas veces funciona así.

 

Al final, es cuestión de actitud y de ganas, más que de épocas o fechas concretas.

 

Tampoco voy a mentir. Es verdad, que todo ayuda y yo soy la primera que también empiezo el año con una energía extra de ilusiones y propósitos, pero he aprendido cuales si y cuáles no, como plantearlos y la forma en la que los voy a cumplir.

 

Por eso, aprovechando que estamos en la vorágine del caos que supone la vuelta a la realidad, me quería pasar por aquí para dejaros algunos consejos que puede que os ayuden tanto como a mí. Y lo digo, desde la experiencia de una persona que ha tardado muchos años en entender que ni todo es instantáneo ni todo se va a cumplir como esperas.

 

Hay que empezar siendo realistas. Si llevamos tres años con el mismo propósito y no hemos sido capaces de cumplirlo, igual deberíamos plantearlo desde otro ángulo y dejarlo para más adelante. Quema mucho mentalmente repetir las mismas acciones sin obtener ningún resultado. Cada año cambiamos un poco y no todos los propósitos encajan siempre con la persona que somos en ese momento.

 

Calidad antes que cantidad. De nada sirve hacernos una lista de diez propósitos si dos son un “vamos viendo”, otro lo dejo para la segunda parte del año y los demás según como me pille el mes. Vale más incluso establecerse tres objetivos que tengamos claros y apostar de lleno en ellos. Cuando tenemos la mente enfocada en menos cosas, prestamos más atención a lo que tenemos delante.

 

No pasa nada si no se cumplen los tiempos. Es un proceso largo e igual hay resultados que empezamos a ver más adelante y no en los primeros meses.

 

Está bien terminar el año y no haber conseguido todos los propósitos. Al final no lo tenemos que ver como una imposición sino como algo que tenemos ganas de lograr y que va a complementar nuestro año.

 

Así que ¡Mucho ánimo a todos con vuestros propósitos! Y feliz 2025.

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